La atmósfera en mi salón

¿Aprovechamos un descansito en el viaje a Laponia para jugar un rato?

Hace unos días nos hemos comprado un humidificador. Sí, un aparatejo de esos que lo llenas de agua y te la devuelve en forma de vapor de agua, frío, eso sí, para evitar la proliferación de virus, mohos y demás zarandajas apestosas.

Pues bien, no sólo ha demostrado ser un trasto útil (nuestras gargantas se resecan mucho menos y el ambiente es más respirable) sino que da muchos buenos ratos de contemplación divertida. Estos días mi ventana -de orientación oeste- está recibiendo la visita del sol, olvidado desde hace muchas semanas, y entre los preciosos rayos que entran y el vapor que expulsa la maquinita, el espectáculo está asegurado. Mejor que la tele. Me encanta trastear con estos ingredientes…

Y me da por pensar que, al fin y al cabo, puedes jugar a reproducir nuestra querida atmósfera en tu salón. No es más que vapor de agua en constante movimiento y calentado por El Sol, el Gran Botón del Tiempo. El vapor precipita en las superficies, las humedece, simulando la lluvia. Las fuertes corrientes en chorro, llamadas Jet Stream, las puedes simular fácilmente soplando sobre el chorro de vapor, con más o menos intensidad, y te das cuenta de cómo influye en él, de cómo lo modifica, los remolinos que produce.

Ahora estoy pensando en cómo reproducir la nieve…¿ideas? 😉

En fin, realmente te das cuenta de porqué los problemas de física que involucran mecánica de fluidos son de los más difíciles de resolver.

Os dejo un pequeño vídeo para que entendáis mejor de lo que os hablo…(porque me temo que ha quedado una entrada un poco friki…)